Economía campesina mediados del XIX 2

Economía campesina a mediados del XIX en el valla del Nansa

"...conocí también los principales puertos de invierno y de verano, a los cuales envían sus ganados los valles circunvecinos, y admiré la lozanía de aquellas brañas (majadas) de apretada y fina hierba, verdaderas calvas en medio de grandes y tupidos bosques de poderosa vegetación. Cada una de estas calvas tiene, en los puertos de verano, una choza, y en los otros un invernal: la choza para albergue de las personas que pastorean el ganado, y el invernal, edificio amplio y sólido, de cal y canto, para establo y pajar de una buena cabaña de reses. Por lo común, cada invernal corresponde a los ganados de ocho o diez condueños de las hazas o partes de la braña contigua. [...] De noche come el ganado prendido en la pesebrera, de la ceba del pajar, segada en las hazas en agosto. De día pasta al aire libre [...] al cuidado de sus dueños, que, después de dejarlo recogido al anochecer, bajan a dormir al pueblo; al revés que en verano, durante el cual duermen amontonados en la choza, que­dando la cabaña acurriada, es decir, reunida en la majada circundante. Las yeguadas hacen vida más independiente y libre, y las hallábamos, en estado semisalvaje, donde menos lo pensábamos."

José María de Pereda, Peñas Arriba (Cap. VII, págs. 208 y 209). Editorial Cátedra

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