Los caminos de Puente Pumar a Sejos forman parte de unos itinerarios este-oeste que conectaban los territorios lebaniego, purriego y campurriano y ya en el periodo medieval permitieron la consolidación del dominio señorial sobre los mismos.

Desde Puente Pumar, donde destacan sus casonas, el antiguo puente sobre el arroyo Espinal y el humilladero, se llega a Uznayo por la carretera autonómica CA-862 en paralelo al río Collavín. En la salida meridional de Uznayo se cruzan consecutivamente dos puentes de piedra antiguos para salvar sendos arroyos. Entre ambos existe un humilladero. Los primeros centenares de metros del camino están ocupados por una pista de hormigón. Poco después de finalizar el tramo hormigonado, a la altura de un invernal situado a la derecha de la vía, el camino antiguo se desprende de la pista hacia la izquierda, y asciende entre los invernales hasta confluir nuevamente con la pista tras aproximadamente un kilómetro. Después se continúa por la pista hasta los amplios pastizales de los collados de Sejos. En el collado se disfruta una magnífica panorámica. Ascendiendo ligeramente por la braña hasta el Hitón, se encuentra cercado el conocido conjunto de menhires de Sejos, parte de un importante yacimiento megalítico. En el collado del Hitón, inmediato al Cueto de la Concilla y con una hermosa panorámica de Peña Sagra, se sitúa el menhir conocido como Piedra Jincá que se utiliza como soporte de la alambrada que separa los términos de la comunidad de Campoo-Cabuérniga de Polaciones. Se desciende en dirección sur siguiendo la traza del antiguo camino que recortan las curvas y contracurvas de la pista, más tendida, hasta llegar el paraje conocido como Los Brañales. Tras pasar junto a varios invernales, se continúa por la pista a través de un robledal. Una portilla que restringe el acceso de vehículos, da paso a un último tramo hormigonado que desciende hasta la carretera a menos de un kilómetro al sureste de Puente Pumar.