Senda fluvial
Senda fluvial del Nansa
Senda temática dedicada al agua y al patrimonio industrial y obra pública asociados al río que forma el Valle del Nansa
Está orientada a un uso peatonal y enlaza una selección de los miradores y puntos de interés fácilmente accesibles que se consideran más relevantes en relación con la hidrología del valle y el patrimonio tanto natural como cultural asociado al agua.
Tiene su punto de partida en Uznayo muy cerca del nacimiento del Collavín, uno de los arroyos purriegos que darán lugar al río Nansa, y termina en la Tina Menor donde desemboca el mencionado río. De este modo, permite recorrer la cuenca en su totalidad desde la cabecera del río hasta su desembocadura.
Aunque los puntos de inicio y de final (que permiten conocer el área del nacimiento y la desembocadura del río Nansa) son coincidentes, la senda fluvial ofrece dos alternativas distintas con diferente nivel de dificultad (las denominadas “variante 1” y “variante 2”):
- La variante 1, que recorre el Valle del Nansa, permite hacer etapas más cortas y resulta más acorde con las demandas habituales de los grupos familiares o escolares o de quienes deseen hacer recorridos circulares de un día a partir de un único punto de salida y llegada. Su longitud total es de 80,9 km.
- La variante 2, que va por la falda de Peña Sagra y Valle del Tanea, es más “montañera” e incorpora algunas etapas largas que requieren una mayor preparación física. Totaliza una longitud de 75,7 km.
Obviamente el recorrido tiene que hacerse por etapas y en este documento se proponen posibles puntos de inicio y final de cada una. No obstante, cada usuario deberá tomar la decisión en función de su capacidad física, ritmo de visita y/o apetencias personales. Para facilitar estas decisiones, cada etapa se ha dividido en tramos pero se proponen también una selección de puntos alternativos de inicio o final que, definidos por otros tantos “hitos” (núcleos de población, miradores, collados…), podrán irse combinando para constituir las sucesivas etapas “a medida” de cada usuario.
Para cada una de ellas se incluye información sobre los siguientes aspectos :
- DESCRIPCIÓN DEL CAMINO Y DEL RECORIDO: información sobre el recorrido referente a las características del camino y del entorno atravesado.
- OBJETIVOS DE VISITA: aunque la senda no tiene por objeto “conducir a lugares de interés”, se sugieren algunos posibles objetivos de visita: miradores, conjuntos o edificios singulares, parajes naturales de especial interés, elementos del patrimonio hidrológico fáciles de observar, etc.
- DATOS TÉCNICOS: punto de inicio y final de la etapa con sus coordenadas; longitud de la misma; rango de altitudes; desniveles acumulados; pendientes medias y tiempo mínimo estimado pensando en un ritmo “familiar”.
- DIFICULTADES - ADVERTENCIAS: información sobre posibles peligros, dificultades o regulaciones especiales de cada etapa así como recomendaciones sobre pautas de comportamiento a adoptar en determinados tramos de especial interés.
- CARTOGRAFÍA: sección vertical de la etapa, “track” para el GPS (en ficheros gpx, aptos para GPS de mano) y fichero para visualizar el recorrido utilizando herramientas gratuitas como Google Earth (en fichero kml, para el visionado de la ruta en GoogleEarth o Google Maps).
- FOTOGRAFÍAS orientadas a proporcionar una idea del camino y de su entorno o alusivas a algunos de los parajes o elementos interesantes.
Toda esta información puede descargarse para llevar al campo en forma de fichas en formato pdf y combinarla con los “track”.
Gran parte de la senda discurre por espacios protegidos o sujetos a regulaciones especiales destinadas a garantizar la preservación de su patrimonio.
Las normas de uso de los espacios protegidos varían en cada caso y no merece la pena transcribirlas en su integridad ya que lo se pide en ellas es, sencillamente, que se actúe con sentido común.
En estos lugares el senderista debe ser especialmente cuidadoso y cumplir escrupulosamente las normas no sólo por tratarse de una obligación moral sino porque de no hacerlo podría ser sancionado. Aunque, al mismo tiempo, debe conservar la idea de que se trata de espacios a los que se va para disfrutar del contacto con la naturaleza y en ningún caso se trata de sitios “donde todo está prohibido”.
Como norma general, el senderista deberá abstenerse de prácticas tales como
- Arrancar plantas o cortar ramas o flores
- Molestar a la fauna
- “Llevarse” animales, plantas, setas u otros elementos del medio natural
- Gritar o hacer ruidos que molesten a la fauna o a otras personas
- Encender fuego
- Dejar residuos de cualquier tipo
- Hacer marcas o inscripciones sobre los troncos, paredes o superficies rocosas
- Introducir vehículos de cualquier tipo en vías no autorizadas a los mismos
- Acampar en lugares no acondicionados para ello o sin la debida autorización.
Los animales domésticos, cuya presencia perturba a la fauna salvaje, deberán ser perfectamente controlados.
Por fin, y aunque pueda parecer extraño, debe evitarse absolutamente la liberación de animales o la plantación o siembra de vegetales cualquiera que sea su especie. Se trata de prácticas frecuentes realizadas con buena intención pero que pueden tener consecuencias desastrosas para el medio.
Además de los espacios naturales protegidos la senda atraviesa numerosas zonas sujetas a normativas o regulaciones específicas (caza, pesca, montes de utilidad pública, incendios, hongos, vegetación invasora, especies catalogadas o bajo planes de recuperación -oso, perdiz pardilla, urogallo…- que no es posible reproducir aquí pero que el senderista debe conocer y respetar. Para ello se sugiere consultar http://www.dgmontes.org/
La senda se considera adecuada para un público amplio ya que evita los pasos más duros y coincide en la mayor parte de su trazado con caminos fáciles de recorrer, aunque cada usuario deberá tener en cuenta sus limitaciones en relación con las características de cada etapa. No obstante, existen algunos tramos que pueden entrañar algún tipo de riesgo y que se mencionan en la descripción de cada etapa en cuyo caso se encontrarán también las recomendaciones pertinentes para limitar dichas situaciones de riesgo.
En todo caso, y de forma general, no se debe olvidar que gran parte del recorrido se hace por zonas de montaña que requieren un esfuerzo físico especial y en las que las condiciones meteorológicas pueden cambiar deforma imprevisible y volverse rápidamente peligrosas. Por esta razón, el senderista deberá tener muy en cuenta no sólo su capacidad física sino las posibles limitaciones de su equipamiento personal (calzado, ropa de agua y de abrigo, etc) y no iniciar la ruta en caso de duda.
En bastantes tramos, por fin, los caminos históricos sobre los que se apoya la senda han acabado convirtiendo en carreteras asfaltadas. Este inconveniente es especialmente grave en los sectores más bajos del valle y en la zona litoral, los más densamente poblados y transformados, donde en muchas ocasiones no existen alternativas razonables al uso de la calzada. Algunas de estas carreteras, antiguos caminos históricos y únicas vías de paso para completar la senda, soportan un tráfico intenso y muy rápido y carecen de acera por lo que resultan incómodas para el caminante e inadecuadas para un público infantil. En tales ocasiones se sugiere que el usuario se platee la posibilidad de utilizar el coche. No obstante, los tramos inapropiados son breves y se salvan rápidamente por lo que se ha optado por mantenerlos permitiendo a la senda cubrir el objetivo de recorrer la totalidad del valle, hasta su desembocadura.