Invernal
Invernal
Construcción de piedra que sirve de henil y cuadra y se integra en los prados cercados conformando un paisaje de gran valor cultural.
El invernal es la construcción de piedra que se encuentra en los prados de siega localizados a cierta distancia de los pueblos y a distintas altitudes, conformando, con los prados y los cierres de piedra o seto vivo, un atractivo paisaje de gran valor cultural, que hoy sufre ruina por la pérdida de la actividad ganadera.
En el piso superior del invernal se almacenaba el heno o hierba segada durante el verano, con la cual se alimentaba el ganado cuando iniciaba el descenso desde los puertos hacia los pueblos, durante el otoño y el invierno. El piso inferior se usaba como cuadra, con los pesebres, el recinto para las terneras y el hogar donde se encendía el fuego. Para el suelo del piso alto y para la protección del fuego se confeccionaban unos entramados de varas de avellano, arbusto que con frecuencia aparece formando pequeños rodales en las mieses y prados.
Aunque muchos invernales se localizan en rellanos y sus paredes son regulares, otros presentan muros hundidos en el terreno. Esto es así porque se aprovecha la pendiente para situar, en la parte más alta, la pared donde se abre el “boquerón” o ventana por la que se introduce la hierba en el piso superior, facilitando así la operación de carga.
Los muros, construidos en piedra seca, es decir, sin argamasa, no presentan más vanos que la puerta, el boquerón, y una pequeña ventana a ras del suelo por la que se retira el estiércol. Se emplean los materiales de la zona, que son la piedra caliza y la arenisca, y el tejado, generalmente a dos aguas, se cubre con teja curva. La forma, el tamaño y la localización son factores que explican la variedad de tipos de invernales que se pueden encontrar en el valle del Nansa.
Aunque algunos invernales son de construcción reciente, su origen es ya antiguo, quizás del XVI, siendo ya muy frecuentes en el XVIII. Hoy la propiedad es ya individual, pero era frecuente que un invernal fuera mancomunado, como también lo era el prado en el que se ubicaba.